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Ocio y Cultura 13/08/2022 · Diego Fernández

10 extractos del libro 'En la línea de fuego: La realidad de los enfrentamientos armados' de Ernesto Pérez Vera y Fernando Pérez Pacho

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"Se suele decir que nunca pasa nada y que esas cosas solamente ocurren en Estados Unidos, en el cine y en las series de televisión, pero no es verdad. Conozca testimonios y manifestaciones que nacen de policías locales, autonómicos, nacionales, guardias civiles e incluso de agentes privados. Todos fueron brutalmente agredidos. Muchos resultaron heridos de gravedad, otros presentaron lesiones de menor entidad y algunos incluso regresaron ilesos a sus casas. En unos casos los ataques fueron ejecutados por indeseables seres inhumanos y, en otros, lamentablemente, por enfermos mentales. Algunos de los que han contado a los autores tan íntimas y vitales experiencias consiguieron abatir a sus agresores, acabando en ocasiones con sus vidas o hiriéndolos para neutralizar el riesgo. Porque sepa una cosa: no es lo mismo verse en la línea de tiro de la galería, que en la línea de fuego de la realidad de la calle".

Este libro deberían leérselo: Políticos (para que hagan leyes acordes con la realidad delincuencial), jueces (para que juzguen los casos teniendo en cuenta las reacciones que sufren las personas durante un ataque) y policías (porque se juegan la vida en las actuaciones).

Detalle de la portada del libro 'En la línea de fuego: La realidad de los enfrentamientos armados'

1. Extracto 1

Solamente un entrenamiento continuado e intenso, basado en situaciones realistas, puede obligar —y no siempre— a nuestro cerebro a ir contra natura, ya que la repetición constante transforma nuestras respuestas defensivas en automáticas.

2. Extracto 2

Me noté tenso al recibir el mensaje por radio y sentí sorpresa cuando llegué y vi que aquello era real. Me vi impotente al ver al rehén.
Sentí confusión ante los disparos y me encolericé al ver que querían matarme.
El abatimiento se apoderó de mí cuando todo aquello finalizó. Cuando pude me aparté de la escena. Las piernas me temblaban y creo que hasta las pestañas lo hacían. Me acuerdo que me sentía sin fuerzas, como si hubiese estado corriendo una maratón. No recuerdo haber visualizado nunca los elementos de puntería de mi pistola.
La pistola la veía enorme frente a un pequeño objetivo con forma redondeada. Eso es lo que recuerdo del tirador, una figura redonda y pequeña. El arma tapaba el blanco.

3. Extracto 3

Impactar allá donde se desea no es fácil casi nunca, menos aún durante el curso de un tiroteo. Como en ocasiones se ha comentado, si fuese fácil acertar allí donde se quiere, todo el mundo sería campeón olímpico en tiro deportivo. Pero tampoco estos tiradores —los olímpicos— lo tendrían fácil si se viesen inmersos en una balacera. Una cosa es ganar una medalla en el curso de una competición deportiva y otra muy distinta y crucial es competir en un «a vida o muerte».

4. Extracto 4

No pude alinear el punto de mira con el alza. No pensé en ello. ¿Acaso tuve tiempo…? Es más, no me acordé ni de que existían tales elementos. Actué como un autómata, como un robot. En esos momentos no puedes pensar.
Tengo que admitir que tuve mucha suerte, no solamente por llevar el chaleco antibalas colocado, sino porque las detonaciones del atracador me pillaron con la pistola en las manos: entré con el arma empuñada.
Ni que decir tiene que el hecho de que llevara la pistola en doble acción fue esencial para poder responder con inmediatez. Tal y como sé que mi cabeza funcionaba en esos instantes, creo que de haberme hecho falta cargar el arma no hubiese caído en ello. 

5. Extracto 5

Al no detectar la presencia de nadie, abrieron las puertas, momento en que súbitamente fueron atacados por un varón de veintidós años de edad y nacionalidad española. Aquel tipo permanecía escondido esperando a sus presas. Tendió una emboscada. El primer agente atacado recibió una puñalada que penetró por una axila, produciendo la hoja del arma una herida de salida por el omóplato del mismo lado.
El ataque lo sufrimos a menos de un metro de distancia y no pudimos reaccionar. En aquellos momentos yo no entrenaba ejercicios de tiro a una sola mano y tampoco a distancias cortas o de contacto, hoy sí.

6. Extracto 6

La letalidad natural e instintiva del cuchillo está por encima de la de las armas de fuego, por ello casi cualquier cosa vale. No precisa de mantenimiento y tampoco se requiere un adiestramiento especial para usarlo (su uso es instintivo desde hace miles de años), tan solo hay que acercarse lo suficiente al objetivo. Numerosos expertos coinciden en que el sesenta por ciento de las personas agredidas con armas blancas fallece, mientras que sobrevive el mismo porcentaje de victimas de armas de fuego.

7. Extracto 7

Ese miedo a las represalias judiciales interfiere en la toma de decisiones rápidas que debe efectuar el agente frente a una amenaza potencial, convirtiéndose en un blanco más fácil durante esos segundos de demora a la hora de emplear su arma. En todo enfrentamiento armado se genera un cúmulo de emociones que impactan en el agente, interfiriendo en su percepción y evaluación del peligro y también en su capacidad de reacción.

8. Extracto 8

Amnesia del Incidente Crítico. Al alcanzar el corazón los 175 latidos por minuto, se incrementa la dificultad para recordar lo que la persona hizo durante la confrontación armada. Bajo estas circunstancias, inmediatamente después del incidente crítico suele recordarse aproximadamente el 30 por 100 de lo ocurrido transcurridas 24 horas, el 50 por 100 en las 48 horas posteriores y entre el 75 por 100 y 85 por 100 transcurridas 100 horas después del suceso.

9. Extracto 9

El miedo es una emoción que activa el Sistema Nervioso Simpático y la médula suprarrenal, segregando hormonas como la adrenalina y la hidrocortisona, que hacen que aumente el ritmo cardiaco. Cuando se producen estos cambios en el organismo, las habilidades motoras finas que se requieren para la coordinación viso-motora comienzan a deteriorarse, ya que los recursos disponibles se dirigen al empleo de la musculatura gruesa, más eficaz para correr o luchar.

10. Extracto 10

La realidad siempre es mucho más dura y terca que la ficción. Criticar y tomar decisiones desde el sofá con el mando a distancia nos sitúa en un escenario muy diferente al del lugar de los hechos, pues no reproduce las mismas circunstancias ni tiene la presión inherente a la situación.

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