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Ocio y Cultura 12/09/2022 · Diego Fernández

10 extractos del libro 'Vidas rotas' de Rogelio Alonso

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"Un exhaustivo recorrido a través de la actividad terrorista de ETA desde el año 1960 hasta la actualidad. Cada año se abre con una breve reflexión que recoge diversos aspectos relacionados con el contexto de la banda, el balance de víctimas o la situación de la lucha antiterrorista en ese momento. Cada entrada consta de una presentación sintética de las circunstancias en que se comete el atentado y ofrece información sobre la víctima y su actividad. Con frecuencia se incorporan testimonios de amigos y familiares de las víctimas. Una serie de gráficos, mapas y tablas comparativas completan el texto."

Detalle de la portada del libro 'Vidas rotas' de Rogelio Alonso

1. Extracto 1

DEMETRIO LESMES MARTÍN 
8 de agosto de 1975. Hernani (Guipúzcoa). Guardia jurado. 
A Demetrio Lesmes Martín la rama militar de ETA intentó matarlo por primera vez el 15 de julio. En ese primer asesinato frustrado, tres miembros de ETA que ocupaban un coche robado le esperaban en una rotonda de Hernani. El vigilante pasó en su coche y los etarras salieron tras él. Dos terroristas abrieron fuego con una pistola y una metralleta desde las ventanillas del vehículo cuando Demetrio se encontraba ante la puerta de la fábrica en la que trabajaba de vigilante. Al darse cuenta de que le estaban disparando, se lanzó al suelo, gracias a lo cual no resultó herido. 
El mismo grupo de terroristas que le tiroteó en julio fue el que finalmente lo asesinó unos días más tarde. Los terroristas conocían sus costumbres debido a que llevaban tiempo vigilándole. El 8 de agosto de 1975, los terroristas esperaron a Demetrio Lesmes poco después de las 14:00 horas, cuando regresaba de la fábrica una vez terminada su jornada laboral. La víctima recorría a pie el camino hasta su domicilio. Dos de los tres miembros de ETA que le esperaban dentro de un automóvil se apearon del vehículo y caminaron en dirección a la víctima. Al llegar a su altura, los etarras sacaron sus armas y abrieron fuego, dejándolo mortalmente herido en el suelo. A pesar de que fue trasladado rápidamente al ambulatorio de Hernani, no se pudo salvar su vida. 
Demetrio Lesmes, de cincuenta y cinco años, era natural de la provincia de Salamanca, estaba casado y tenía tres hijas. Trabajaba como guardia jurado en la empresa Pedro Orbegozo desde 1946.

2. Extracto 2

JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ ITUERO 
3 de abril de 1976. Hendaya (Francia). Inspector de Policía. 
Ese día dos inspectores de Policía de San Sebastián, José María González Ituero, de veinticinco años, y JOSÉ LUIS MARTÍNEZ MARTÍNEZ, de treinta y uno, cruzaron la frontera de Irún para dirigirse a Hendaya, tras dejar sus armas en el puesto de control aduanero. Los agentes habían comido en una pizzería de la capital guipuzcoana y después decidieron ir a ver una película en el cine Varietés, en Hendaya. En la puerta de este establecimiento fueron vistos con vida por última vez. Los agentes no acudieron a recoger sus armas, por lo que de inmediato se dio la voz de alarma. La Policía francesa, alertada por las autoridades españolas, llevó a cabo una operación de gran envergadura para localizar a los dos agentes, pero no se obtuvieron resultados positivos. Hubo unos cuarenta detenidos, a algunos de los cuales se les confinó en la Isla de Yeu, pero la única pista que se encontró fue el hallazgo de la documentación de los policías en el domicilio de un miembro de ETA político-militar. 
Los dos inspectores estuvieron desaparecidos durante un año entero, hasta que el 19 de abril de 1977, tres adolescentes que jugaban en la playa Chambres D’Amour, de Anglet, se introdujeron en un búnker construido por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, enterrados en la arena, los jóvenes encontraron dos cadáveres en avanzado estado de descomposición. Los cuerpos, que luego serían identificados como los de los dos policías, estaban maniatados y presentaban mutilaciones en los dedos. La autopsia reveló que uno de ellos había muerto de dos disparos en la cabeza efectuados a quemarropa con una pistola del calibre 7,65. Su compañero presentaba un impacto de bala. 

3. Extracto 3

JOSÉ MARÍA ACEDO PANIZO 
10 de marzo de 1978. Aduna (Guipúzcoa). Sargento de la Guardia Civil (retirado). 
José María Acedo Panizo estaba retirado de la Guardia Civil, en la que había alcanzado el grado de sargento primero. Tras el retiro había empezado a trabajar como jefe de porteros en la empresa Aplicaciones Técnicas del Caucho, situada en la localidad guipuzcoana de Aduna.
El 10 de marzo de 1978, poco después de las 13:30 horas, un individuo se presentó en el lugar de trabajo de Acedo y disparó varias veces contra el exguardia civil a menos de un metro de distancia. Al recibir los primeros impactos, José María Acedo intentó huir, pero enseguida cayó al suelo malherido. El terrorista, al ver que su víctima todavía se movía, se acercó a ella, le puso la rodilla sobre el pecho y le disparó en la cabeza. Aunque Acedo fue trasladado poco después a la residencia Nuestra Señora de Aránzazu, en San Sebastián, cuando ingresó ya había fallecido.

4. Extracto 4

FÉLIX DE DIEGO MARTÍNEZ 
31 de enero de 1979. Irún/Irun (Guipúzcoa). Guardia civil retirado. 
Retirado de la Guardia Civil, Félix de Diego trabajó en el bar Herrería, propiedad de la familia de su esposa, situado en el número 66 de la avenida Elizatxo, en el barrio de Ventas de la localidad de Irún. La mala suerte se cebó con el exagente, pues un cáncer de riñón muy avanzado le mantenía prácticamente impedido. 
El 31 de enero de 1979 Félix se encontraba sentado en el bar de la familia cuando dos miembros de ETA penetraron en el local y dispararon a quemarropa contra él en presencia de su mujer. Los dos etarras salieron a la calle y huyeron en un Renault 6 que habían robado previamente tras secuestrar a su propietario. La víctima fue trasladada inmediatamente al hospital de la Cruz Roja de Irún, donde ingresó cadáver. Los médicos contabilizaron tres impactos de bala, uno en el corazón, otro en el vientre y el tercero en la pierna izquierda. 
Félix de Diego, natural de Fuentecén (Burgos), tenía cuarenta y siete años, estaba casado y era padre de cinco niños de entre cinco y once años. 

5. Extracto 5

RAMÓN BAGLIETTO MARTÍNEZ 
12 de mayo de 1980. Alto de Azkarate (Guipúzcoa). Industrial. 
El asesinato de Ramón Baglietto Martínez tuvo lugar el 12 de mayo de 1980, pero la historia de este crimen se remonta al 21 de septiembre de 1962, dieciocho años atrás. Así lo hizo saber el hermano de Ramón, Pedro Mari Baglietto, en la película Trece entre mil (2005), de Iñaki Arteta, donde relata los antecedentes que culminaron en el asesinato de su hermano: 
En el año 1962, mi hermano estaba precisamente aquí, en la puerta de la tienda que tenía, cuando se dio cuenta de que venía una señora con un niño en brazos y otro agarrado de la mano. Este llevaba una pelota, y en un momento dado se le escurrió de la mano, por lo que el niño salió corriendo. En ese momento venía un camión pesado y la madre, instintivamente, fue a proteger al chaval. Mi hermano, perplejo, no tuvo tiempo nada más que de quitarle el niño que llevaba en brazos y de observar con horror cómo la madre y el niño morían aplastados por el camión. Lo patético de esta historia es que el niño que quedó en sus brazos aquel día, el niño a quien él salvó la vida, fue precisamente quien, dieciocho años después, atentó contra su vida pegándole un tiro en la sien. 
Ramón Baglietto fue asesinado en el Alto de Azkarate, cuando regresaba a su domicilio de Azcoitia desde la tienda de muebles que regentaba en la vecina localidad de Elgoibar. La víctima circulaba en su automóvil, un Seat 124, cuando varios miembros de un comando etarra lo ametrallaron desde otro vehículo. A consecuencia de los disparos, Ramón perdió el control del coche, que se estrelló contra un árbol. Los terroristas —uno de ellos era Cándido Azpiazu, el niño al que Ramón salvó de ser aplastado por el camión que mató a su madre, María Nieves, y a su hermano José Manuel— se acercaron al automóvil y, tras comprobar que su propietario no estaba muerto, le remataron disparándole a bocajarro. 
Un automovilista que pasó poco después dio aviso a la Policía Municipal de Elgoibar creyendo que se trataba de un accidente de tráfico. La Guardia Civil inició los trámites del atestado con la misma idea, hasta que se comprobó que el cadáver presentaba varios orificios de bala, uno de ellos en un ojo.

6. Extracto 6

ALEJANDRO SÁENZ SÁNCHEZ 
30 de diciembre de 1985. Lasarte (Guipúzcoa). Jefe de vigilancia de la empresa Michelin. 
Exguardia civil. Para Alejandro Sáenz Sánchez, de cincuenta y ocho años, la víspera de Nochevieja de 1985 iba a ser su última jornada laboral antes de su jubilación anticipada. Llegaba, como era habitual, caminando a su puesto de trabajo en la factoría de Michelin de Lasarte, ya que su vivienda no distaba de la empresa más de doscientos metros. Eran las 7:45 horas. Dos miembros de la organización terrorista ETA que le esperaban en el aparcamiento de Michelin se acercaron y le dispararon varias tiros, dos de los cuales le alcanzaron la cabeza. Alejandro Sáenz falleció casi en el acto. Según narró una crónica de El Diario Vasco en su edición del 31 de diciembre, los terroristas le debieron de rematar en el suelo porque «al ser levantado el cadáver del lugar del atentado, fue hallado debajo de la cabeza, entre la sangre, un proyectil de bala totalmente aplastado». 

7. Extracto 7

ÁNGEL JESÚS MOTA IGLESIAS 
13 de marzo de 1990. San Sebastián. Funcionario de prisiones. 
Un terrorista asesinó a Ángel Jesús Mota Iglesias disparándole en la cabeza en presencia de su mujer y el hijo de seis meses de la pareja. La organización terrorista ETA había recabado información sobre los itinerarios, horarios y hábitos del funcionario de prisiones y sabía que aquella tarde se encontraría en el barrio El Antiguo de San Sebastián. Mientras su esposa echaba el cierre a un negocio de fotografía propiedad de su padre, Ángel Jesús Mota se dirigió a su furgoneta con el bebé en brazos para acomodarlo en su interior. Fue en ese momento cuando un miembro de ETA se aproximó y le disparó a bocajarro. Según narraron testigos presenciales a varios periodistas, el hijo fue recogido del suelo por una mujer mientras el pistolero huía del lugar de los hechos en una motocicleta sobre la que le aguardaba otro terrorista.

8. Extracto 8

MARÍA DEL KORO VILLAMUDRIA SÁNCHEZ 
15 de abril de 1991. San Sebastián. Estudiante. 
Aquella mañana de abril el agente del Cuerpo Nacional de Policía Jesús Villamudria Lara se disponía a acompañar a sus cuatro hijos a los colegios donde estudiaban. El agente no pudo mirar debajo del coche, como hacía habitualmente, pues la bomba estalló antes, al cerrarse una puerta. La vibración provocada por el cierre activó el mecanismo de iniciación del artefacto explosivo. «Les dije a mis hijos que no se metieran en el coche, que iba a mirar debajo por si había algo. Siempre lo hacía, pero no me dio tiempo. La bomba estalló al cerrar Koro la puerta», explicó a los medios, días después, el policía tremendamente afectado. 
Como consecuencia del estallido murió la hija del agente. María del Koro Villamudria Sánchez, de diecisiete años, que se encontraba junto a sus hermanos, todos ellos menores, falleció en la residencia sanitaria de San Sebastián dos horas y media después de haber ingresado. También resultaron heridos de diversa consideración el padre de María del Koro y sus otros tres hijos: Josune, Luis y Leire, esta última de gravedad. Leire, de doce años, sufrió «politraumatismo, fractura de ambas piernas, heridas faciales, hematomas palpebrales y cuerpos extraños en sacos conjuntivales», según informó una nota del citado hospital que fue divulgada por diversas agencias de noticias. 
La organización terrorista ETA tenía conocimiento de que tanto Jesús Villamudria como su esposa solían coger el coche por las mañanas para llevar a sus hijos al colegio. Ese día la madre se había quedado en el domicilio familiar. Asomada a la ventana, fue testigo de la tragedia. 
Esta familia había salido ilesa de otros dos atentados que había llevado a cabo ETA con granadas contra el inmueble ocupado por policías en el barrio de Txintxerpe, en noviembre de 1990 y febrero de 1991. El último ataque motivó que los Villamudria Sánchez se mudaran desde Txintxerpe a un piso en la calle Eustasio Amilibia, en el barrio donostiarra de Amara.

9. Extracto 9

FABIO MORENO ASLA 
7 de noviembre de 1991. Erandio (Vizcaya). 
Niño de dos años. Los miembros de la organización terrorista ETA Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, y Francisco Javier Martínez Izaguirre fueron hasta las inmediaciones del domicilio del guardia civil Antonio Moreno Chica en Erandio (Vizcaya). Los etarras localizaron el vehículo particular del agente, estacionado en la calle, y mientras Martínez Izaguirre realizaba labores de vigilancia, Iglesias Chouzas forzó la puerta delantera derecha para colocar un artefacto explosivo bajo el asiento del copiloto. Esa operación la realizaron tres días antes del 7 de noviembre de 1991. 
En la fecha del atentado, Antonio Moreno se disponía a ir en coche a una piscina en compañía de sus dos hijos mellizos. Primero miró los bajos del mismo para cerciorarse de que no había ninguna bomba adosada, luego subió a sus hijos a la parte trasera del vehículo y, seguidamente, se montó en él. Cuando circulaban por la calle Tartanga de Erandio, hacia las 16:45 horas, al tomar una curva, el artefacto explosivo se activó. La bomba mató en el acto a uno de los niños, Fabio, y causó lesiones al otro, Alexander, y al propio agente de la Benemérita. Alexander sufrió quemaduras en una pierna y perforación en un tímpano; mientras que el padre padeció lesiones por las que estuvo incapacitado 852 días. Posteriormente fue declarado inválido para ejercer su profesión. 
Los etarras, que habían estudiado los hábitos de Antonio Moreno, sabían que este iba y volvía de su trabajo en la Comandancia de la Guardia Civil de Bilbao en tren, y que exclusivamente usaba el coche particular en compañía de su familia. En ese año de 1991, los atentados de ETA provocaron siete infanticidios —uno en San Sebastián, cinco en Vic (Barcelona) y uno en Erandio— e hirieron a otros muchos menores de edad. 

10. Extracto 10

EDUARDO ANTONIO PUELLES GARCÍA 
19 de junio de 2009. Arrigorriaga (Vizcaya). Jefe de Grupo de la Brigada de Información de Bilbao. Cuerpo Nacional de Policía. 
El inspector de Policía fue asesinado cuando se dirigía a su puesto de trabajo. Hacia las 9:05 horas se montó en su vehículo, estacionado en un aparcamiento privado exterior de la calle Santa Isabel, y lo puso en marcha. En ese momento hizo explosión una bomba-lapa que habían colocado los terroristas junto al depósito de combustible del coche. Un testigo de los hechos relató a los medios de comunicación que la víctima tuvo tiempo de pedir socorro, pero que la intensidad de las llamas del incendio que sucedió a la explosión hizo imposible el auxilio de los ciudadanos allí presentes. 

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